Reconocido TEA (Asperger) y ACC-AR (Altas Capacidades Creativas de Alto Rendimiento. O lo que es lo mismo, un cerebro atípico.
Mi proceso de percepción carece de filtros. La información que recopilo del entorno de forma natural es extrema, la evoluciono de forma automática, reinvento fácilmente lo observado. Es por eso que fácilmente puedo desarrollar ideas, proyectos, productos, iniciativas... y es algo que llevo haciendo tres décadas.
Hasta la fecha se han desarrollado o inventado 64 profesiones y 2.600 productos –a partir de un único proyecto, igual que lo han hecho otros y no tiene ciencia: con tal de trabajar entre diez y quince horas al día durante tres décadas –siempre y cuando tengas tiempo libre para ello– cualquier ser humano puede hacerlo. Claro, hay que tener ganas, constancia, valor. Y sobre todo, motivos. La filantropía a veces tiene forma de horas y de tiempo invertidos en una cosa y otra.
Se ha realizado I+D+I –investigación, desarrollo e innovación, en la medida que se puede y de la mejor forma posible– en materia educativa, didáctica, terapéutica, deportiva, literaria, artística, científica, arquitectura, arqueología, antropología, filología, diseño de moda, diseño industrial (bicicletas, motos, coches y otros), cosas relativas a los números y la geometría, cosas relativas a las dimensiones del universo, cosas relativas a la Inteligencia Artificial… y otras cosas igual de interesantes –para aquellos que consideren esto interesante.
Siempre desde el punto de vista de un analfabeto académico –simplemente en relación a una actividad cerebral propia de una mente atípica. Porque uno puede ser analfabeto y eso no le resta valor a quien se lo quiera dar. Orgulloso de lo mío y de mi trabajo y motivación. Y poco vais a encontrar aquí sobre todo ello -ya que toda la información la guardo en mis archivadores, llenos de registros de propiedad, maquetas y miles de palabras escritas a máquina o a mano.
Solo de un único proyecto tengo tal vez más de mil folios, cientos de horas invertidas durante dos décadas. Para otro proyecto cientos de horas invertidas durante una década. En otro proyecto cientos de horas invertidas durante tres décadas. El día tiene 24 horas y el tiempo es oro. O como decían los antiguos, Aurum. O como dirían los químicos, AU.